Mitos y Leyendas 1

Se habla de que en alguna zona del cerro “cuate” de esta jurisdicción municipal, en alguna cueva, cuya entrada se encuentra oculta y que el tiempo ha hecho que por el crecimiento de la maleza haya quedado todavía más difícil de encontrar, existe un gran tesoro que fue acumulado y allí guardado por gente que formaba una banda que se dedicó a robar en casas, así como saqueadores de templos y haciendas. Se refiere que al haber reunido una gran cantidad de objetos de gran valor y dinero, trataron de repartirlo entre ellos, sin embargo hubo desacuerdo y molestia, por lo que comenzaron a discutir y a pelear, hasta llegar a usar sus armas y se mataron entre ellos, quedando dentro de la cueva sus cadáveres.


Existe también una narración que habla de un “encanto” en algún lugar del municipio, y que algunas personas sitúan en la región conocida como “los cerritos”, frente a la comunidad de la Finca. En ese lugar, se dice, a principios del siglo pasado, aminaban unos arrieros, provenientes del sur, cuando pasaban por el lugar mencionado, vieron la entrada a un lugar que era como un bar o cantina, donde se escuchaban voces y carcajadas. Como los arrieros venían cansados, con hambre y con sed, y además se aproximaba una tormenta, entraron al lugar, pero al hacerlo sintieron una sensación rara que les hizo salir inmediatamente, sólo uno de ellos se quedó y ya no volvió a salir, porque el acceso se cerró y ya no fue visible. Esto, dicen, se debe a que sólo una vez al año se abre ese sitio, y quien entra ya no vuelve a salir del mismo. Se menciona que la fecha en que se abre el lugar es el tres de mayo por la noche. Los arrieros que en aquella ocasión estuvieron en la entrada de aquel lugar platicaron que vieron a gente del municipio, que ya había muerto, sentados a la mesa en actitud de estar jugando baraja, con grilletes en los pies que les impedían levantarse, observándose muy cansados, como teniendo mucho tiempo en esa actitud.